La historia nos ha enseñado que las especias y las hierbas aromáticas siempre han desempeñado un papel importante en la vida de los hombres. Además de sus usos como condimentos, las especias han sido empleadas también en medicina, ritos religiosos y mágicos. Su importancia es evidente también en las citas del Antiguo Testamento, donde figuran junto al oro y las joyas en regalos de reyes y en el hecho de que ellas fueron utilizadas en sustitución de moneda. Tal era el valor de las especias que por ellas se abrieron nuevas rutas terrestres y marítimas, como por ejemplo pasó en la afortunada aventura de Cristóbal Colón. Él creyendo de llegar a las "Indias de las Especias" por mar en cambio descubrió el Nuevo Mundo.
Las especias y las hierbas aromáticas son un elemento indispensable en nuestra cocina y sirven para resaltar sabores, aromatizar o dar color a los platos. Además, ellas son muy interesantes desde el punto de vista nutricional y sus uso mejora la calidad de nuestra vida. De hecho si las empleamos como condimento podemos reducir la cantidad de sal y aceite en los platos. Esta es una estrategia sencilla y eficaz para adelgazar y mantenernos en forma. En conclusión, una verdad como un templo es que nuestra huerta o terraza, y en consecuencia los estantes de nuestra cocina, no pueden ser desprovistos de algunas hierbas aromáticas. Seguido ahondaré en las funciones de dos de las especias que están en mi jardín y en las macetas del balcón.
ALBAHACA: De esta especia se utilizan sólo las hojas, que se pueden consumir frescas, secas o congeladas. Sin embargo es aconsejable consumirlas frescas porque conservan inalterado sus perfume. Su empleo es típico en la cocina mediterránea y exalta los platos en los que el tomate es un ingrediente destacado. Yo por ejemplo no me puedo imaginar la pizza margherita o la ensalada caprese sin pensar en las hojas de albahaca añadidas al condimento. Pero además de su unión perfecta con el tomate, la albahaca es la base de la famosa salsa pesto, obtenida machacando nuestra especia con el aceite de oliva, el parmesano y los piñones.
Por lo que tiene que ver con el cultivo, la albahaca necesita de un clima caluroso y de mucho sol, pero puede ser sembrada también en países con clima templado. Las plantas tienen que ser regularmente desmochadas, es decir que se les quitan los ápexes vegetativos y las flores, para favorecer un crecimiento más lozano y alargar sus ciclo vital.
La albahaca es útil para nuestra salud. De hecho su contenido en flavonoides antioxidantes protege el organismo del daño oxidativo de los radicales libres. El eugenol de la albahaca es un potente antiinflamatorio que alivia los dolores reumáticos y articulares. Además de todo eso esta especia facilita la circulación sanguínea y cuida al corazón.
PEREJIL: De esa pequeña plantita que aporta un suave sabor a los platos se utilizan las hojas y el tallo, frescos y troceados. Se añade en salsas, platos de carne, de pescado y verduras al horno. También se puede consumir seco, pero pierde aroma y sabor. Los antiguos pueblos conocían el perejil, sin embargo lo utilizaban de manera muy diferente que hoy. Por ejemplo los Griegos solían llevar manojitos de perejil sobre de la cabeza durante los banquetes, porque pensaban que estimulara el apetito. En cambio los Romanos ponían esta hierba aromática en las tumbas de sus familiares para decorarlas. La asociación entre el perejil y la muerte ha continuado hasta la edad media, cuando la gente creía que sembrarle comportara una cosecha escasa.
El perejil es una planta bienal, pero es aconsejable utilizarla sólo por un año porque luego las hojas son más pequeñas. Necesita de sol, de terreno fértil y de un riego cotidiano. Después de cortar las hojas, el perejil produce de continuo, así que para una familia bastan una decena de plantitas. Para alargar la vida de nuestra especia tenemos que quitar algunos tallos, sobretodo los en que están las flores, porque de lo contrario no tendremos nuevos brotes.
Otro aspecto esencial es que nuestra salud saca partido del empleo de perejil. De hecho esta planta es una excelente fuente de hierro, además de contener vitamina C que refuerza el sistema de defensas del organismo y facilita la absorción del mineral para prevenir las anemias.
